La construcción del edificio se realizó bajo estándares de ingeniería estructural moderna. El proyecto se levanta sobre un terreno previamente evaluado geotécnicamente, lo que permitió diseñar una cimentación profunda, adecuada a las características del suelo, garantizando la estabilidad estructural a largo plazo. La estructura del edificio está compuesta por un sistema a porticado de concreto armado, con columnas y vigas diseñadas para soportar cargas sísmicas de alta magnitud, de acuerdo con la normativa nacional vigente. Se utilizaron materiales de alta calidad, incluyendo acero reforzado y concreto premezclado con aditivos para mejorar su durabilidad.
La edificación consta de múltiples niveles, con una distribución eficiente que maximiza la iluminación y ventilación natural. Las áreas comunes incluyen un lobby de doble altura, ascensores de última generación, escaleras de emergencia, sistemas de detección y extinción de incendios, y accesos controlados con sistemas electrónicos.
En cuanto al acabado, se utilizaron revestimientos cerámicos en pisos y paredes húmedas, pintura lavable de alta resistencia, carpintería metálica con vidrio templado y aislamiento térmico en fachadas estratégicas. Se integraron además sistemas de eficiencia energética, como iluminación LED, sensores de movimiento en zonas comunes y sistema de recolección de aguas pluviales.

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